Mujer, arrugas prematuras por el consumo de tabaco, manchas cutáneas por el efecto del sol… Vicios como estos, junto con el estrés, el alcohol y la comida basura dibujan un rostro al menos cinco años más envejecido respecto a tu edad real tanto en hombres como en mujeres.
Al contrario de lo que se piensa, la genética no es la única responsable de los signos del envejecimiento reflejados en la piel.
Hay mujeres que resultan realmente atractivas sin poseer una belleza espectacular. Su secreto se llama ARMONÍA, su rostro tiene las medidas y proporciones adecuadas y eso sublima su belleza.
Medir matemáticamente la belleza siempre fue, desde antiguo, una obsesión entre estetas.
Estos mismos estetas, reconvertidos hoy en médicos-estéticos, cirujanos plásticos, buscan también esa armonía que no esconda los rasgos personales y características de cada rostro.
La importancia que hoy tiene la estética en la sociedad ha hecho remontarse a muchos en la búsqueda de conceptos olvidados como phi, la proporción que se representa con la letra griega y debe su nombre al escultor griego PHIDIAS, quien la incorporó en su obra arquitectónica más célebre: el Partenón.
Se estima que los rostros atractivos poseen una distancia vertical entre ojos y boca del 36% de la longitud de la cara. Y la distancia horizontal ideal entre los ojos corresponde al 46% del ancho de la cara.
La armonía se va perdiendo con el paso del tiempo, la flacidez facial provocada por la mayor o menor grasa que se acumula en la cara, la piel de los párpados se cae, la nariz crece un poco y esto provoca una distrofia desproporcionada… Todos estos factores, algunos inevitables por ser propios de la fisonomía, y otros producidos por el paso del tiempo, contribuyen, poco a poco, a la alteración de la tan ansiada armonía.
SOLUCIONES:
- Carboxiterapia
- Bótox
- Mesoterapia de vitaminas
- PRP
- Oxígeno
- Aumento de labios
- Hidroxiapatita cálcica
- Diatermia
- Radiofrecuencia, etc…